Un paseo bien organizado debe contemplar
la eliminación de riesgos de salubridad, así
como la garantía de comodidades hoteleras, especialmente
si se viajará con niños.
Asesoría: Organización
Mundial de la Salud
En cualquier época de año, es importante y
necesario tener presente ciertas precausiones cuando se
va de paseo o de vacaciones, si las tenemos claras, de seguro
nos evitaremos un mal rato. La Organización Mundial
de la Salud edita anualmente una publicación especializada
que orienta sobre las medidas para impedir o por lo menos
reducir algunas consecuencias adversas para la salud de
viajeros.
En la última edición de "Viaje
Internacional" de la OMS se contemplan desde
detalles técnicos para orientar a los profesionales
de la medicina, hasta indicaciones generales para los turistas,
incluyendo la revisión extensa de las condiciones
de salubridad de numerosos países de todo
el mundo.
Riesgos y precauciones
En general, las personas viven en un estado de equilibrio
con la zona donde habitan, estableciendo una sana relación
con microorganismos, la altitud sobre el mar y las condiciones
climáticas de su región. Este equilibrio puede
desestabilizarse por factores como la llegada de un microorganismo
desconocido. Al viajar los riesgos pasan a ser inminentes
por el cambio ambiental, la alimentación e incluso
la tensión y la fatiga.
Por ello, siempre conviene tomar precauciones que ayuden
a reducir los riesgos, comenzando por averiguar cuáles
son las condiciones de la zona o país que se visitará.
Entre los aspectos
a considerar tienen especial importancia las condiciones
de:
Higiene de los alimentos.
Disponibilidad de servicios médicos y calidad del
agua.
Puede que estos aspectos parezcan más que obvios,
pero generalmente no son tenidos en cuenta por los turistas,
pudiéndose ver implicados en casos de enfermedades
de difícil tratamiento, convirtiendo a las vacaciones
familiares en una tragedia.
Un viaje turístico bien organizado debe contemplar
la eliminación de riesgos mayores con la simple indagación
de las condiciones de la zona que se visitará, así
como de las comodidades hoteleras que se brindan, especialmente
si se viajará con niños. Así mismo,
la conducta juega un papel importante; por ejemplo estar
al aire libre en las tardes en un área de malaria
endémica sin tomar precauciones, exponerse a la picadura
de insectos, a la mordedura de roedores u otros animales,
así como alimentarse con comida y agua contaminadas.
En los casos de personas que deben brindarle especial cuidado
a la salud, conviene visitar
al médico por lo menos un mes antes del viaje y también
al regreso, poniéndolo al tanto del destino, el tipo
de paseo que se realizará y de la disponibilidad
de atención que pueda requerirse en un caso de emergencia.
Para los pacientes que se encuentran bajo medicación
es importante que antes de viajar adquieran la cantidad
de medicinas suficientes, sobre todo si se trata de drogas
de prescripción, pues en el exterior las presentaciones
y marcas pueden ser diferentes e incluso tener venta restringida
o prohibida, caso en el que es fundamental contar con una
certificación escrita del médico para evitar
inconvenientes con las autoridades.
Los medicamentos deben llevarse dentro del equipaje de mano
en un botiquín personal que incluya los objetos de
tocador, pues en alta temporada es común que se presente
la pérdida
de equipajes.
Todo buen paseo debe
tener una planificación mínima, que al fin
de cuentas brindará un
paseo seguro, tranquilo y que cumpla con el objetivo de
un reparador descanso.
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