Por Alba Lucía Mondragón C.
Ginecóloga - Medicina de la Reproducción
Universidad de Ginebra (Suiza)

En la planeación de las realizaciones personales, el orden de
los factores puede afectar el producto. Un ejemplo claro es la ubicación del matrimonio y la llegada de los hijos en el cronograma de la vida.

Hoy, cada vez más parejas prefieren alcanzar un determinado nivel de madurez en su relación antes de casarse, así mismo, esperan lograr una solvencia suficiente para ejercer su maternidad y paternidad sin contratiempos económicos, otras esperan tomar la decisión, después de haber llegado a ocupar las posiciones por las que siempre han luchado.

A veces estos asuntos toman más tiempo del deseado y se puede llegar tarde al momento de decidir tener un embarazo, precisamente cuando existen menos posibilidades de concebir y dar a luz un hijo sano.

Cada vez es más habitual encontrar en la consulta médica mujeres con edad de 40 años o
más que quieren vivir la experiencia de dar a luz un hijo y están dispuestas a hacerlo todo
para lograrlo. Esta tendencia es alimentada por la ciencia y las noticias que cuentan de actrices de 45 y mujeres de hasta 65 años que dan a luz, haciéndole creer a la población en general
que la maternidad es fácil a cualquier edad. Es cierto que es posible, pero no es fácil.

A medida que aumenta la edad aparecen riesgos cada vez más serios, que incluso pueden amenazar con terminar la vida de la mujer. Por eso se recomienda prudencia cuando se va a tomar una decisión de tanta trascendencia.

La maternidad a determinado tiempo, es posible, pero no fácil.