Algunas implicaciones cuando
el alcohol es el volante
Más que la multa, una falta de solidaridad y de responsabilidad consigo mismo y con los demás.
Hay quienes siguen manejando embriagados. Además de las multas, existen otros riesgos que usted debe tener en la cuenta. La vida no puede dejarse en manos del alcohol, ahora que se acercan fechas de celebración, bedidas, tragos y demás, hay que tener mayor responsabilidad.
Pérdida de facultades
El alcohol afecta al organismo disminuyendo muchas de las facultades precisas para la conducción:
Disminuye el campo visual.
Perturba el sentido del equilibrio.
Los movimientos se hacen menos precisos.
Disminuye la resistencia física.
Aumenta la fatiga.
Se perturba la visión; se dificulta la acomodación de la vista a los cambios de luz.
Se calcula mal la distancia.
Disminuyen los reflejos.
Lo psicológico
El alcohol tiene efectos psicológicos que cuando se conduce, hacen creer que la pérdida de facultades físicas no disminuye, sino que se aumenta:
Sentimiento de invulnerabilidad.
Se subestima el riesgo.
Se tienen sentimientos de impaciencia y agresividad.
Se disminuye la capacidad de atención.
Lo físico
Cuando se consume alcohol se producen fenómenos físicos que aumentan al estar tras el volante:
Dificultad para percibir el color rojo (de frenado, semáforos, señalizaciones de obras).
Dificultad para acomodar la vista a la luz, a la oscuridad y a los cambios de luz.
Apreciación equivocada de las distancias (adelantamientos, entrada en curva).
Disminución del campo visual. La visión normal del ojo humano disminuye, quedando reducido el ángulo del campo visual, por lo que se pierden los estímulos que están en los laterales (cruces).
Aumento del tiempo de reacción. Aumenta la distancia recorrida desde que el conductor percibe la señal hasta que actúa sobre los mandos del vehículo (al frenar ante un peligro, si se ha bebido, se recorre un 10% más de distancia: esos metros pueden ser mortales).
El Castigo
Conducir en estado de embriaguez o bajo los efectos de sustancias alucinógenas genera la suspensión de la licencia de conducción de ocho meses a un año.
Si se trata de conductor de vehículos de servicio público, de transporte escolar o de instructor de conducción, la multa pecuniaria será del doble indicado para ambas infracciones, se aumentará el período de suspensión de la licencia de conducción a dos años y se inmovilizará el vehículo.
En todos los casos de embriaguez, el vehículo será inmovilizado.
Dependiendo del grado de embriaguez se calcula la multa, que además de incluir la suspensión de la licencia puede obligar a la prestación de servicios gratuitos comunitarios en establecimientos que determine la autoridad de tránsito.
Es criterio para fijar las sanciones la reincidencia, haber causado daño a personas o cosas a causa de la embriaguez o haber intentado darse a la fuga.
¡Recuerda, el alcohol y tú, no son una buena combinación!
Artículo modificado al lenguaje web y tomado de la Revista Coomeva No. 53