El primer mandamiento de la
salud para el sexo masculino debería ser: "El
hombre mayor de 50 años debe chequearse la próstata
al menos una vez al año, buscando crecimiento benigno
o cáncer, y antes si existen antecedentes familiares".
Por: Juan Fernando Uribe Arcila M.D.
Profesor asociado de Urología del Instituto de Ciencias
de la Salud.
Hospital Pablo Tobón Uribe
El varón XY es genéticamente
más débil que su contraparte femenina XX.
El cromosoma "Y" nos hace más frágiles
frente a las mujeres. Padecemos más enfermedades
cardiovasculares y cerebrovasculares, tenemos más
riesgo de morir por suicidio, riñas, guerras o violencia
civil. Después de los 60 años sólo
el 44 % de las mujeres están casadas, la otras están
solteras o peor, viudas.
Los asesinos en serie, los genocidas y los dictadores sanguinarios
de la historia han sido hombres invariablemente, con algunas
excepciones femeninas. Las desviaciones sexuales como la
zoofilia y la pedofilia y otras, son exclusivas de los varones.
Y este es sólo el principio. A los 90 años
por cada varón que sobrevivió lo han logrado
cuatro mujeres.
¿Y dónde estará
la clave?
¿Serán los genes?, ¿los
cromosomas?, ¿la estructura molecular interna?, ¿la
psiquis?. A pesar de algunos aparentes defectos de fabricación
los hombres gozamos también de muchas ventajas: los
mejores chef cordón bleu, los toreros, los humoristas
(las mujeres humoristas se cuentan con los dedos de la mano),
los exploradores, los inventores, los más brillantes
pintores y músicos, los directores de orquesta, los
navegantes y la mayoría de los héroes infantiles,
son todos hombres.
Tenemos defectos y cualidades, ventajas y desventajas, eso
lo sabíamos ya. Pero se debe mencionar en especial
un extraño defecto: un miedo profundo y estructurado
a visitar el médico periódicamente, a revisar
nuestra salud, a despojarnos de nuestra bien atada armadura
de macho y practicar una cultura de prevención.
No es posible identificar con certeza la fuente de ese temor.
Para algunos se trata de un miedo simple, un temor a lo
desconocido, para otros es pavor, PAVOR, así con
mayúsculas, de visitar un médico, en especial
a un urólogo.
|